sábado, 27 de diciembre de 2008
Ni izquierda ni derecha
Si la izquierda está liquidada, ¿qué queda de la derecha? ¿Se puede esperar algo de ella?
De la derecha clásica, tanto del nacionalismo orgánico o integral al estilo de Charles Maurras, como del fascista de Mussolini o del católico de Oliveira Salazar no queda nada. Sólo trabajos de investigación históricos y pequeños grupos políticos sin peso en sus sociedades respectivas.
Si esto es así, queda evidenciado, que la dicotomía izquierda-derecha es estrecha, por no decir falsa, para encarar una lectura adecuada de la realidad.
Hoy situarse a la izquierda o a la derecha es no situarse, es colocarse en un no-lugar, sobre todo para el pensador que pretende elaborar un pensamiento crítico. Y el único método que hoy puede crear pensamiento crítico es el disenso. Disenso no sólo con el pensamiento único y políticamente correcto sino también y sobre todo, con el orden constituido, con el statu quo vigente.
El disenso es estructuralmente una categoría del pensamiento popular, en tanto que el consenso, como vimos, es una apropiación de la izquierda progresista para lograr la democracia deliberativa que tiene mucho de ilustrada, y también, aunque en otro sentido, propiedad del liberalismo como acuerdo de los que deciden, de los poderosos
La alternativa hoy es situarse más allá de la izquierda y la derecha. Consiste en pensar a partir de un arraigo, de nuestro genius loci dijera Virgilio. Y no un arraigo cualquiera sino desde las identidades nacionales, que conforman las ecúmenes culturales o regiones que constituyen hoy el mundo. Con esto vamos más allá incluso de la idea de estado-nación, en vías de agotamiento, para sumergirnos en la idea política de gran espacio etnocultural.
Alberto Buela
La sabiduría de Cicerón aplicable a la España de Zapatero
Cicerón, año 55 antes de Cristo
Más luces de Navidad en Alcorcón
Yo pienso que como estamos en Navidad, este derroche de luz acompaña, clarifica y da más luz, en estos tiempos de confundidos valores.
¡Quien dijo crisis!, aquí en Alcorcón por lo que se ve no la tenemos, por lo menos en el Ayuntamiento.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Idiotez y cobardía
En España, a los 30 años de aprobarse una constitución democrática, el modelo de estado sigue sin cerrase, lo que se ha traducido en una dinámica de descomposición. En un arrebato de originalidad se puso en práctica un modelo excepcional en el constitucionalismo comparado: se inventó el “estado de las autonomías”. Su materialización ha consistido en ir desposeyendo, paulatinamente y sin pausa, al Estado de sus competencias, creando a la vez fronteras interiores basadas en exclusivismos artificiales y en diferentes niveles de bienestar.
España es el único país de Europa con un terrorismo propio, de carácter secesionista, donde sus miembros y simpatizantes están en las instituciones del estado y reciben ayuda de los presupuestos públicos.
En España, se relativiza, o se niega el concepto de nación, impulsado por un “status” de idiocia política que permite la puesta en manos de exiguas minorías independentistas resortes políticos que cualquier estado con un mínimo sentido de la supervivencia no osaría considerar, ni tan siquiera en tono de broma, su transferencia a las regiones. Ejemplo: la educación.
Y, sobre todo, existe un hecho de enorme importancia social: el pueblo español cree que vive en una democracia consolidada. Las ”élites” políticas españolas trasmitieron al pueblo que se había terminado con éxito la “transición política” y que todos se habían convertido en “demócratas de toda la vida”. Se había conseguido un hecho espectacular, lo que otras naciones habían tardado siglos en alcanzar, España lo había conseguido en una década prodigiosa. Se instaló en la opinión pública la certeza que era madura y estaba bien informada, que había una clase política experta y con sentido de estado, que funcionaba la separación de poderes y actuaba como la fortaleza de la democracia, dado el vigor y prestigio de sus instituciones. Todo era una falacia.
Y yo apostillo:
Los españoles (muchos, hijos de Franco si rondamos la cincuentena) estamos a varias generaciones aún de conocer lo que significa ser <
miércoles, 24 de diciembre de 2008
LOS NIÑOS SAHARAGUIS NO CREEN EN LOS REYES MAGOS
24 de diciembre de 2008
Tengo fe en el tiempoVoy huyendo a la infinidaddel tiempo.Voy huyendo de los principiosfrustrados.Voy huyendo de los que no levantanpolvo al caminar.Voy huyendo de los que no creenen el díaque nacerá mañana.Porque yo si creo en ti,hoy, mañana y los próximossiglosy por esomi evasión a la infinidad del tiempo.Bahía Mahmud Awah.
Los niños saharauis no creen en los Reyes Magos; ni en Papa Noël. Ellos no creen en milagros; pero esos niños que han nacido en un desierto prestado, en una tierra inhóspita, saben transformar cuatro latas de comida vacías en un coche de carreras. Los niños saharauis sí creen en las estrellas; saben guiarse por ellas, por su luz, por sus destellos. Ellas les señalan el norte y el sur; les anuncian la ruta de los vientos y de las tormentas de arena; les recuerdan donde está el mar, su tierra... Los niños saharauis han heredado los sueños de sus mayores; sueñan con volver a casa, al lugar en el que echaron raíces sus abuelos. Los niños saharauis tienen esperanza.Los niños saharauis son nuestros niños. Nosotros dejamos abandonados a sus padres, sus abuelos, en ese desierto extraño. Nosotros, los españoles, somos responsables de su futuro. Mientras ese niño nos mire agarrando entre sus manecitas pequeñas, con los pies descalzos sobre la arena, ese coche hecho de latas de comida enviadas por la solidaridad internacional, no debiéramos poder dormir tranquilos. Todos somos un poco responsables. ¿Callaremos mientras el dictador de Marruecos les sigue privando de su libertad? ¿Callaremos mientras las organizaciones mundiales de derechos humanos denuncian las torturas a las que el Reino de Marruecos está sometiendo al pueblo saharaui? ¿Qué tiene que ocurrir para que apelemos a nuestros gobernantes para exigiéndoles responsabilidad?Los niños saharauis no son recibidos en ningún palacio; ni ellos ni sus padres reciben buenas palabras de los gobernantes; los gobernantes no temen a los débiles, a los que sufren. Los gobernantes tienen tendencia a ser fieros con los débiles y sumisos con los poderosos. Los gobernantes dicen sí a lo que piden otros gobernantes cuando les reciben en su residencia antes de irse a los parques protegidos a descansar con otros niños que sí creen en los Reyes Magos. Los gobernantes no quieren que nadie les estropee las vacaciones; por eso contemporizan con otros gobernantes. Antes tenían el futbol para olvidar la realidad; ahora les prometen el aguinaldo. Y todos se van tan contentos. Los niños saharauis siguen creyendo en sus padres. Y en la luz de las estrellas. Hace muchos años sus padres nos llamaban hermanos a los españoles. Pero ya no creen en nosotros; hoy los saharauis sólo creen en sus hijos; y en las estrellas.
Cumpleaños de Juan Ramón Jiménez
"Me he asomado por la verja
del viejo parque desierto;
todo parece sumido
en un nostálgico sueño.
Que cumpla muchos más
lunes, 22 de diciembre de 2008
Tumunicipio Alcorcón
En esta noble actividad de control de UPyD, la rica historia que nuestro país nos da, nos transmite la medicina para experimentar sobre los nuevos proyectos que nuestro partido aplicará cuando tenga su representación municipal. Baste decir que a ello dedicará todos los avances e inquietudes personales de los afiliados, lo que va a permitir la producción masiva de ideas y actuaciones en y hacia Alcorcón. Todo este avance va a proseguir a los largo de estos tres próximos años, cuando culmine con las elecciones municipales.
Nuestra terapia a seguir no tiene mayor secreto que el partir de un supuesto revolucionario: que los ciudadanos no nacemos siendo ya de izquierdas ni de derechas, y consideramos al ciudadano capaz de pensar por sí mismo y de elegir en consecuencia, de acuerdo con la oferta disponible y su experiencia de la situación histórica que vive.
Larga vida a Unión, Progreso y Democracia
UPyD